Es muy importante tener bien claro cómo debemos de distribuir nuestro tiempo al momento de trabajar el día de la boda. Para esto debemos conocer cómo y donde se desarrollará la boda; para poder organizarnos con tiempo y preparar nuestro itinerario durante el gran día.
No todas las bodas son iguales, algunas son en Lima, otras en provincia, algunas tienen una mayor distancia entre un lugar y otro, como por ejemplo el lugar de donde se alista la novia y la iglesia; en otras bodas se realiza todo en un mismo lugar.

Siempre tratamos de adaptarnos a cada boda, por lo general empezamos nuestro trabajo 3 horas antes de la Ceremonia civil o religiosa. Comenzamos en el lugar de donde sale la novia a la iglesia, 1 hora para registrar los preparativos, detalles, maquillaje y peinado. 1 hora para hacerle una sesión a la novia sola y con sus familiares, y 1 hora para que la novia se pueda trasladar sin prisas hacia la iglesia o lugar donde será la ceremonia.
Felizmente siempre nos toca trabajar con muy buenas wedding planners, quienes nos apoyan mucho con la distribución de los tiempos adecuándose a nuestra forma de trabajo y respetando los tiempos que necesitamos para realizar nuestras tomas.

Después de la ceremonia que es 1 hora aproximadamente, hacemos unas tomas a los novios mientras los invitados van llegando a la recepción; tratamos que esta sesión no sea muy extensa, para no hacer esperar mucho a los invitados.
Luego viene la recepción que es al rededor de 4 horas, donde estamos atentos a todo lo que acontezca, tratando de captar tomas espontaneas a los novios e invitados. Finalmente nos quedamos hasta después del cotillón u hora loca, si es que lo tuviese la boda.

A pesar que tenemos muy bien coordinados nuestros tiempos, entendemos que algunas veces los novios tienen algunos retrasos, tratamos de ser tolerantes con eso y aprovechamos al máximo el poco tiempo que tuviéramos para realizar nuestras tomas, tratando de minimizar estos inconvenientes para que los novios tengan un gran recuerdo.